Qué sería de nosotros sin esos artistas que han convertido la exclusión a la que se vieron sometidos en un valioso combustible creativo. A Chenta Tsai Tseng le ponían a caldo por asiático y por homosexual, y por eso se sacó de la manga Putochinomaricón. Con sentido del humor pero también con mucha conciencia. Se crio en Vallecas, y tanto en su libro autobiográfico (Arroz Tres Delicias: Sexo, raza y género, de 2019) como en sus efervescentes canciones, lo ha explicado. Cantante, músico, arquitecto, artista multimedia y activista, el hispano – taiwanés bebe por igual del hyperpop, del synth pop ochentero y de la actitud punk, tanto de Sophie y Charli XCX como de La Casa Azul o Hidrogenesse, en una discografía – seis álbumes – que propone una auténtica retahíla de desenfadados himnos para bailar ante el escenario.