David Scott es todo un personaje. Por su forma de encarar el negocio de la música. Por su sentido del humor. Por sus canciones. El músico y productor sudafricano, nacido en 1988, se ha convertido en el artista más seguido en su país a través de Youtube, con más de un millón de oyentes mensuales en Spotify, gracias a una fórmula que se nutre de electrónica, jazz y músicas del mundo sin ningún complejo ni remilgo. Dejó muy joven los estudios de medicina para trabajar como DJ y músico en una banda de jazz, y formó su propio proyecto, The Kiffness, en 2013, aunque no fue hasta 2020 que se convirtió en una celebridad en su país. Por el camino mostró su descacharrante afición por los gatos (sus maullidos se cuelan en muchas de sus canciones), ironizó sobre el racismo (la canción “White Privilege”), plantó cara a la South African Broadcasting Corporation por no pagar adecuadamente a los autores cuyas canciones emitía e incluso parodió el himno sudafricano, algo que ya había hecho antes con muchos clásicos del pop. Si hay algo que con él está garantizado es la diversión.